Todos estamos de acuerdo en que dos cabezas trabajan mejor que una… ¿cierto? Pues quizá sea hora de replantearnos esta premisa.
El brainstorming o “lluvia de ideas” plantea que cuando en un equipo de trabajo los individuos ponen en común sus ideas, alcanzar los objetivos colectivos se hace mucho más fácil porque el conjunto de mentes despiertas ayuda a esculpir estas propuestas, definiéndolas, transformándolas y –por tanto– mejorándolas.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta en qué situaciones este procedimiento es útil y beneficioso, y cuándo es mejor optar por un trabajo más individual.
Los Pros del Bainstorming
- El brainstorming es una excelente forma para mantener la comunicación en tu equipo de trabajo y que todos se sientan escuchados.
- Es posible que tus compañeros señalen detalles que tú hayas pasado por alto y que sean importantes para el desarrollo de un proyecto.
- Otras personas con otras funciones dentro de la empresa pueden detectar necesidades o carencias que quizá tú nunca te hubieses planteado.
- Exponer ideas entre compañeros también ayuda a abrir la mente a otras posibilidades. Preguntarse “y sí…” es muy importante para poder afrontar todos los escenarios y blindar el proyecto frente a posibles amenazas.
Sin embargo, el psicólogo económico Lutz von Rosentiel señala que en algunos casos, el brainstorming, “uno de los juegos de creatividad más habituales, puede incluso llegar a ser contraproducente”. Veamos por qué:
Los Contras del Brainstorming
“Experimentos realizados arrojan que los individuos por separado reúnen más ideas productivas que durante el proceso grupal. Hallar una idea es, al fin y al cabo, un proceso individual, y es la transformación de esas ideas lo que debe hacerse de manera grupal“.
A lo que se refiere el psicólogo es que reunir al equipo de trabajo para encontrar ideas no es la manera más adecuada de aplicar la técnica de brainstorming, sino que esas ideas deben tener lugar dentro del individuo para luego someterlas a la fase de crítica.
Es fundamental, además, evaluar la efectividad y el valor que las aportaciones tienen en el resultado final. Según el libro Psicología para Creativos, los equipos mal organizados, cuyos resultados apenas puedan evaluarse, invitan a la holgazanería social.
Todos hemos experimentado esa situación en la que alguien pregunta a un grupo y todos nos quedamos callados. Estamos pensando: “ya responderá otro, lo que tengo que decir no merece la pena”. Pero quien opina que su aportación es insignificante se compromete menos, aunque él mismo no lo note.
Es por ello que los trabajadores que creen que sus ideas no valen la pena pierden la noción de compromiso, porque creen que otros resolverán el asunto mejor y más rápido.
Entonces, para que la técnica de brainstorming tenga buenos resultados es necesario:
- Preparar nuestra exposición. Saber qué vamos a aportar y cómo podemos llevar a cabo nuestra idea.
- Anotar en una pizarra las ideas arrojadas, a la vista de todos. De esta forma, nada se pierde y se puede retomar cualquier tema en cualquier momento de la reunión. Se puede dejar la pizarra visible durante algunas semanas para inspirar durante la jornada de trabajo o seguir trabajando en esas metas mercadas.
- Saber escuchar.