Lanzar una web: así es el proceso de hacer pública tu página web

La realidad de lanzar una web es muy distinta a lo que intuitivamente evocamos. Cuando hablamos de hacer pública una web o “lanzarla”, parece inevitable imaginarse un gran botón rojo esperando a ser presionado tras una cuenta atrás, como si del lanzamiento de un cohete se tratara.

¿Cuándo podremos lanzar la web?

Una de las preguntas más comunes que recibimos en Blooming (y cualquier diseñador web podrá dar fe de esto) es: ¿cuándo podremos lanzar la web? Pero la verdad es que el proceso de lanzar –y mantener– una web es mucho más complejo que “3, 2, 1, 0, ignición… ¡despegue!”

En la gran mayoría de los casos, y especialmente cuando se trata de diseñar una web desde cero, las páginas web se construyen como un prototipo en un entorno local o privado. Las revisiones y modificaciones se realizan en este espacio seguro, y una vez que todo está listo, entonces la web se hace pública.

Pero incluso en este momento, no podemos hablar del “lanzamiento” como un proceso definitivo. Es cierto que la web pasa de no existir a ser pública en cuestión de segundos, pero todavía queda mucho trabajo que hacer. Hay que redireccionar los enlaces, actualizar las imágenes y los estilos que hayan desaparecido durante el proceso y resolver cualquier inconveniente que surja.

Publicar una web es muy distinto a realizar una publicación en redes sociales, de hecho, es más parecido a mudarse a una casa nueva. Incluso cuando has etiquetado cuidadosamente todas tus cajas y has hecho un mapa mental de dónde irán tus cosas, solo podrás comprobar que las piezas encajan una vez que están allí. Y seguramente tendrás que realizar algunos cambios o volver a comprar cosas que has perdido por el camino.

Lo mismo ocurre cuando hacemos pública una web, las piezas deben colocarse en su sitio correspondiente y es necesario comprobar que todas encajan a la perfección.

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